Nuestras vivencias en situación de pandemia
11 de marzo de 2020. Tenemos que quedarnos en casa unos días por una pandemia mundial ¿cómo aquí en España? No puede ser… Una primera fase de negación generalizada de un duelo que de manera obligatoria, viviríamos todos, algunos cargando con más incertidumbre que sus compadres sabiendo que conocidos y familiares pasaban por momentos muy delicados.
Nos hemos enfadado, hemos discutido, hemos llorado de rabia e impotencia y entonces…Otros 15 días. Pedimos cosas por Amazon, comenzábamos a aplaudir en los balcones, bajar a la calle en esa situación parecíamos salidos de un accidente nuclear y, sin embargo, con una mirada a ese desconocido en la calle nos entendíamos: “seamos fuertes querido desconocido, no queda otra”. Pero también hemos conocido a ese vecino del bloque de enfrente con increíbles habilidades para el canto, esa pianista joven y tímida en la que ni siquiera habías reparado, pero que veías cada mañana acudiendo a sus clases de música o a esas tertulias divertidísimas con vecinos jugando a un improvisado Bingo en el interior de una urbanización. Hay carencias en esta situación, pero hemos conocido nuestros límites y capacidades.
El Covid-19 cuenta con muchas de las características que hacen de los estresores, un dolor de cabeza cuando los vemos sin forma y sin saber bien cómo hacerles frente: vienen en momentos muy específicos, son duraderos en el tiempo, ocurren frecuentemente (odiosas olas) y son severos e intensos. Seguramente hayas leído “el estrés es algo adaptativo, es bueno”, afirmación que no deja de tener razón. Pero seguramente ahora, busques soluciones o algo a lo que poder anclarte. Procedamos.
Una perspectiva terapéutica
Dos autores llamados Ehlers y Clark en el año 2000 patentaron una terapia cognitiva que habla del estrés con la “metáfora de una digestión pesada” donde masticamos y rumiamos los problemas en exceso. Dos son los condicionantes de que aparezcan estas situaciones traumáticas y estresantes: una serie de creencias negativas y la naturaleza de la memoria traumática. Además, explican la permanencia de las amenazas después de que los acontecimientos traumáticos hayan pasado. No debe sorprender que muchos empiecen a descargar toda la tensión acumulada estos meses y a experimentar los síntomas que dejan las situaciones estresantes, cuando las diferentes olas de repuntes de casos van terminando.
La propuesta de Ehlers y Clark consiste en la “actualización de las memorias traumáticas” para aquellos acontecimientos que causan más dolor: tenemos que “hackear” de nuevo nuestra mente para que se rebele a esa situación y si tira la toalla, sea para recogerla después.
En relación con este modelo, se podrían plantear una serie de ejercicios para llevar a cabo con ayuda de un especialista que pueden servir para gestionar mejor estas situaciones estresantes que nos acechan y mejorar esa «digestión pesada» de la que hablan Ehlers y Clark.
- Escribir una narración detallada del evento estresante: útil cuando aspectos de lo que sucedió y cómo sucedió no están claros (como está ocurriendo con la pandemia).
- Revivir el evento en la imaginación qué sucede, qué se piensa y qué se siente: aconsejo por supuesto, contar con la ayuda de un profesional para llevar este paso a cabo, dado el fuerte componente emocional que posee. Es útil para conectar todos los elementos entre sí y situarlos en contexto. Esto puede ayudar a reencuadrar la situación dentro de nuestro esquema mental.
- Reflexionar sobre el entonces y el ahora en el afrontamiento del problema: ayuda a comprender la diferencia entre el modo de afrontamiento “entonces” vs el “ahora” una vez todo haya prescrito. Es necesario llegar a este punto para abordar la situación estresante con un mayor número de recursos, adquiridos en los 2 ejercicios anteriores.
Consejos para el día a día
Por otro lado podemos aplicar otras pautas en nuestro día a día, sin necesidad de un terapeuta:
- La descarga del estrés: como una de las principales consideraciones dadas por el Dr José Antonio Barbado Alonso y la Dra Mercedes Fernández Valencia en su Guía para la resiliencia frente al estrés provocado por la pandemia de Covid-19: recursos para sanitarios, para nuestros héroes los médicos. En sus propias palabras es necesario “desconectar con algún tiempo con actividad física o lúdica, o simplemente hablar, reírse con los nuestros. A veces el cansancio puede llevarnos a no hacer lo de siempre, pero es importante”. Si para los sanitarios es algo importante continuar tus rutinas sana, para nosotros no lo es menos.
- Discernir aquellas situaciones en las que tienes control y aquellas en las que lo pierdes: Weiner hablaba de la causalidad y del nivel de control que tenemos sobre las diferentes situaciones. Los estresores siempre han estado ahí, pero al igual que las tecnologías y tu teléfono ellos, también evolucionan y tú tienes control sobre la influencia que tienen sobre ti. Quizás sea un porcentaje bajo el que tenemos de control sobre esta situación, pero quizás sea lo suficientemente alto como para empezar a tirar del hilo e ir ganándole poco a poco una batalla que, sin ser la más importante, se antoja crucial en la estrategia para vencerle: la batalla mental.
- Por último aprende de tus límites y acéptalos: por fin has roto a llorar (quizás en el momento menos deseable y posiblemente por impotencia), pero sabes que no podías seguir cargando con tanto. Recuerda que aceptar tus emociones es parte de un proceso que ayuda a reparar las muescas que esta situación genera en cada persona.
Tienes muchas buenas maneras de gestionar esta incertidumbre, porque todo lo que te estoy contando ¿te suena verdad? Antes de la pandemia seguramente fuéramos capaces de soportar muchas situaciones estresantes en nuestro día a día guardándolas en una mochila que nos regalaron vacía al nacer y que poco a poco se fue llenando. Llenar una mochila con 14 caramelos, es una diferencia casi insignificante, pero poco a poco, consciente o inconscientemente, la mochila además de caramelos, trae conflictos que no se solucionan, problemas a medio y largo plazo, personas que vienen y van y que nos pueden generar más de un dolor de cabeza. Pudimos cargar con ella mucho tiempo, pero de repente, llegó esta “pelotita” puñetera y ¿de qué nos habrán servido todas esas “teorías psicológicas del estrés”, esos cursos de “coaching que me daban en la empresa”?, esto no lo esperaba nadie. Y sin embargo has aprendido en el proceso y tuviste la pala para allanar esos montículos de arena. Y tú ¿te animas a darle guerra al COVID y gestionar mejor el estrés?
César Cangas Ruiz
Colaborador Galaris Desarrollo